Una vez más, la
madrugada me ha atrapado en sus brazos. Seductora como una mujer palpitante con
piel helada, piel que me acaricia cada minuto ofreciendo nada más que el
respirar en soledad, hacerlo poniendo atención a cada segundo con la
expectativa ficticia de obtener algún provecho… maldita madrugada, maldita
amada mía, la amante de mis ojos quien pone frente a mí banquetes que a nadie
se le permiten pero me ata de manos para hacer mas fuerte el deseo y mas
difícil el declinar su oferta… si tan solo pudiera… déjame en paz, déjame descansar,
deja que mis pensamientos se esparzan hilarantemente dentro de mí para después
esfumarse dejando un mínimo rastro, tal como debería ser. No me arrastres más
con tus frías y suaves manos a afrontar el lio, el duelo, a hacer frente a mis
fantasmas. Sin remedio aparente me termino hundiendo en un hoyo, entreteniendo
a mi cabeza con cosas vanas que no representen esfuerzo mientras la mujer
inconsciente y fría me acaricia suavemente sin dejarme ir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario