"I met this... perfectly marvellous girl
in this perfectly wonderful place... "
Conocer a alguien es maravilloso. Puedes creer que es buena persona, mala persona o alguien corriente, no tienes idea y eso es lo divertido.
Dónde, cuándo, cómo, a qué hora y qué estaban haciendo cuando se conocieron es un buen tema para conversar los primeros días después de la presentación. "¿Vas mucho al cine?", "¿te gusta comprar aquí?", "¿haces esto seguido?". "¿Por qué?", "¿qué más?". Después de unas cuantas pláticas llenas de preguntas puedes hacerte una idea de qué clase de persona es, ese alguien.
"It's just a first impression...
What good's a first impression?... "
¿Es esa persona que conoces, la misma que te presentaron?
¿El cordero sigue siendo cordero después de que le explicas tu ideología?
Las personas son distintas cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo. ¿Cómo saber si sólo es así contigo para cubrir algún secreto o comportamiento vergonzoso? O viceversa, ¿Cómo saber si es igual con todo el mundo y tú eres sólo otro amigo, otro contacto, otro nombre más con quien hablar para usar como canapé cuando está solo y no hay nadie con quien conversar profundamente?
Imposible saberlo.
Únicamente podemos quedarnos con lo que sabemos que, aunque nos parezca mucho, puede ser sólo un pequeño hilo de la gran tela que forma la vida de una persona. Prefiero quedarme con lo bueno. No creo que sea necesario saber si tu abuelo fue asesino, si tu tío murió de SIDA, saber si eres adoptado, saber si tu hermano vende o consume drogas, Si la persona que conoces es buena y, dentro de lo que cabe, sincera no debería importar otra cosa.
Cabe recalcar que con lo antes dicho hago referencia a los amigos, "conocidos". Si después de conocer a alguien, conversar y saber de él piensas en formar algún tipo de compromiso, hay que pensarlo.
Compromisos... eso será después.