Sin otro impulso más que mi voluntad, me tendí en la cama
para dormir, siendo que yo no lo deseaba. Ahora me pregunto, ¿habrá escuchado
eso un ánima extraña?
Tome mi celular para organizar la alarma. Lo tomé para
verificarla. Lo puse cerca de mi cabeza. Me quedé quieta un rato esperando a
que mis pensamientos se desvanecieran pero no hubo resultado. Mi cuello comenzó
a mojarse con sudor y mi espalda se sentía particularmente incomoda e indecisa.
Me voltee para el otro lado y el celular resbaló y cayó en mi cabeza. Lo puse
en su lugar sin voltearme. Esta vez trate a toda costa de imitar a un cadáver
en cuerpo y mente.
Me desvanezco… me desvanezco…
Solo veo oscuridad, pero siento como si hubiera calculado el
tiempo inconscientemente y solo hubieran pasado unos minutos desde que me
dormí. Escuche un ruido extraño que
parecía combinación de cuchicheos y pisaditas de un extremo de mi cuarto al
otro. No sé en qué posición me encontraba pero me levante rápidamente de la
cintura hacia arriba y así sentada y con los ojos bien abiertos mire al frente,
a la mesita de trabajo, al mueble de computadora… todo en total oscuridad y
solo iluminado por una tenue luz que salía del monitor. Me sentí invadida por
un momento.
Me acosté de nuevo y cerré los ojos.
Un poco de NADA durante lo que creo fueron un par de horas.
Empecé a sentir mucho calor y mi espalda húmeda.
Mis ojos se abrieron otra vez espontáneamente. Oscuridad. Me
retorcí unas veces más en la cama hasta cansarme de ver el techo
semi-iluminado. Mis ojos vuelven a cerrarse.
Estaba en una casa, mi casa. Salí corriendo y crucé la calle
para ver a unas personas. Le hablé y nos fuimos de ahí. Fuimos todos a un
autocinema. La película era bastante extraña, bastante casera. La película
desaparece sin terminar aun.
Parpadee una vez.
Oscuridad
Parpadee dos veces. Estaba hablando con personas, parecían
estar en mi cuarto.
Parpadee tres veces. Las personas estaban en una habitación
y parecían más grandes que yo. Una gran cuchara se acercó a mi boca.
Parpadee cuatro veces. La cuchara estaba a centímetros de mí,
en mi cuarto, en la oscuridad.
Parpadee cinco veces. Vi la cuchara frente a mí, de nuevo en
la habitación extraña y trate de abrir la boca para dejar que entrara.
Parpadee seis veces.
En mi cuarto, abrí la boca aún más para que la cuchara entrara.
Parpadee seis veces.
Estaba en la habitación extraña con la cuchara tocando mis labios y entonces
cerré…
Cerré la boca para probar…
Abrí los ojos y para mi sorpresa mi boca estaba
perfectamente cerrada, mis ojos totalmente abiertos veían el techo no tan
oscuro indicando que no faltaba mucho para el amanecer.
Me sentí aturdida y tardé unos segundos en darme cuenta que
ese despertar era real.
Entonces me recosté de lado esperando que mi celular sonara
y me indicara la hora adecuada en la que debía “despertar”.